martes, 24 de mayo de 2011

indefensos

Sí, esta semana también protestamos, públicamente, en diferentes idiomas y por muchas razones. Pero sí, también esta semana he tenido mi dosis de quejas privadas a compañías con mucha cara dura. Un aeropuerto (otra vez), el miércoles fue difícil salir de Londres, aunque solo se hubiese estado allí para un transbordo de 2 horas. Hoy ha sido mucho peor. Esta vez no soy yo la que vuela pero la rabia y la indignación me corroen.  Miles de personas transitan por los aeropuertos del mundo cada día y nos llevan vendiendo el cuento de Europa durante décadas. Es cierto que trabajo en el extranjero y, de momento, la burocracia me sonríe. ¿Pero qué hay que hacer para ser europeo de verdad? ¿Qué pasa cuando teniendo un papel que certifica tu legalidad para transitar libremente por el continente no eres rubio ni tus ojos azules? ¿Qué pasa si no hablas inglés? ¿Cuesta tanto encontrar un trabajador que hable francés o español en uno de los aeropuertos con más tráfico aéreo del mundo?

En repetidas ocasiones me he quejado de los controles de seguridad en los aeropuertos, de la pérdida repentina de dignidad a la que nos vemos sometidos al atravesar un arco detector de metales sin que nadie se plantee una alternativa. Me he acostumbrado a mostrar mis pertenencias y a que revuelvan entre mi ropa sucia en busca de explosivos, me he ofrecido a viajar desnuda porque no tengo nada que esconder, como mucho un frasco de champú o pasta de dientes olvidado, y aunque me parezca tremendamente desagradable y desproporcionado, cuando accedo a las peticiones exhibicionistas de las fuerzas coercitivas de los diferentes estados, lo hago consciente del poder que cada uno le ha otorgado a sus policías.

Hoy ha ido más allá, después de los controles de rigor (tanto de equipaje como de pasaporte), y de la interminable espera en la zona de embarque, la trabajadora que pide las tarjetas de embarque a negado el acceso al avión a dos pasajeros. Una chica italiana por problemas con el pasaporte ¿? ¿? , un chico con permiso de residencia y trabajo en España por necesitar un visado para cambiar de avión en Londres ¿? ¿? (habiendo estado allí hace 6 días). Han perdido los vuelos, han perdido el tiempo, han perdido el dinero,  han perdido las ganas de viajar,  han perdido los nervios,  posiblemente hayan perdido la confianza en Europa y el libre tráfico de pasajeros y, estoy segura, de que les han robado un pedazo de dignidad. Quizá otro poco se quedó con las escuchas telefónicas y las llamadas sospechosas desde el Reino Unido la semana pasada.

Hace mucho que las personas dejamos de ser libres, que no nos vendan un cuento de puertas abiertas.

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